Sin importar la cultura, religión, o creencia, muchos caminos en la vida encuentran un punto de transición, pasaje ritual, o el compromiso de crecimiento. Los aborígenes son conocidos por el walkabout, donde una persona joven pasa cierto tiempo en la selva aborigen sobreviviendo a los elementos. Los cristianos sacrifican parte de su vida por 40 días en la cuaresma. Estas experiencias han sido creídas profundizar el entendimiento de uno por propia vida, traen un cambio, o catalizan que la persona realice su gran propósito.
Una consistente rutina de meditación (sadhana) prepara al estudiante para una mayor realización espiritual. Yogi Bhajan, respetado y admirado profesor de la tradición Sikh, sugería hacer sadhana por un periodo de cuarenta días, para incrementar, e intensificar la practica personal. Cuarenta días de sadhana esta considerado como una práctica espiritual profunda, en la cual el estudiante se compromete a un crecimiento personal, meditando diariamente. En esta tradición se cree que este periodo contiene elementos de regeneración física, como por ejemplo en la sangre, y que también hay una oportunidad de re-empezar para todo; espiritual, física, y mentalmente. Es dicho que uno gana gracia por cualquier compromiso, o esfuerzo dirigido hacia el crecimiento espiritual, sin importar el resultado. Durante los cuarenta días de sadhana dicen experimentar un ajuste del ritmo de la mente y el cuerpo, con el del universo, como un poder mayor, una consciencia más elevada, y finalmente el Ser.
El Yoga Sutras de Patanjali, que apunta un camino de ocho preceptos, es considerado una guía hacia el camino divino en esta vida. El primer precepto es Yama, el cual considera la forma en la que el individuo se dirige con el mundo externo, e interactúa con la sociedad. Un elemento de Yama es Brahmacharya, que literalmente se traduce como “Conducta Divina’. Asociado a este Yama hay un voto de pureza tomado por el yogi por un periodo discutido con el maestro espiritual. Durante este tiempo el estudiante mantiene el celibato (frecuentemente se acostumbra vestir de blanco de pies a cabeza), y se practica meditacion en silencio a diario. Los votos de Brahmacharya son frecuentemente marcados al principio y final de una puja, o ceremonia devocional. Por la duración del voto toda acción es conducida con intención profunda y siendo puro de corazón. Con esto en mente, la interacción con el exterior cambia a mas calmada y agradable. Las expresiones de enfado son evitadas. El cuerpo es purificado con la práctica regular de Hatha Yoga, y una dieta vegetariana libre de alcohol y otros intoxicantes. La mente es purificada con meditación diaria, y consistente redirección de enfocamiento de la tensión al estado de bendición puede ser encontrado dentro. No es una práctica de privación, sino de acercamiento a la vida que requiere encontrar el contentamiento interior, incluso en los momentos mas desafiantes.
Las experiencias espirituales son diferentes para todo el mundo, y no necesitan ser parte de un plan prefabricado. La esencia de la práctica es simple, y el compromiso personal de satisfacción y felicidad viene de dentro. Para muchos el método del ayuno, o “ir sin” forma parte de hacerse disciplinado en cuerpo y mente. El cortar vicios, indulgencias, o incluso necesidades, da la oportunidad de reconocer las ataduras a las dos cosas, lo tangible, y lo intangible. Muchas veces nosotros no nos damos cuenta de la extensión en la que nos apoyamos en estas cosas, hasta que no las tenemos más. En este estado es vital practicar estar presente y abierto, como una forma de conectarse con una parte de nuestro ser que no depende de estímulos externos para calmarse, resolver problemas, o estar contento.
Si se observan las maneras de las diferentes practicas de consciencia, y elevación espiritual, se hace evidente que el objetivo es el mismo: llegar a un lugar de contentamiento interior que envuelve la conexión con algo mas grande que nuestro ser individual. Cuando dejamos las muletas en las que nos apoyamos, tenemos la oportunidad de aprender a valernos por nosotros mismos. Poner la atención hacia una práctica meditativa puede calmar las prisas de la mente, llevar la disciplina a un nuevo nivel, y transformar en un nuevo comenzar esta vida espiritual.