La mayoría de los días mi cuerpo esta flexible, pero también existen algunos de esos otros días donde todo me duele.
Siempre que esto ocurre inhalo y exhalo profundamente por la nariz unas cuantas veces. Ese minuto, o dos, abre dentro de mi el espacio suficiente para ‘permitirme’ enfrentar este momento cualquiera que sea ‘sin resistencia’.
Esta practica diaria en mi esterilla de Yoga me da familiaridad con esta practica de ‘no resistencia’, y la fuerza para enfrentar al Yoga de verdad, que es mi vida/ nuestras vidas diarias.
Las enseñanzas espirituales apuntan a un acercamiento con amor a uno mismo, e invita a hacer la practica “lo mejor posible’ desde donde uno esta ese momento, y no en lo que las imaginaciones de uno le dicen donde debería de estar, y practicar agradecimiento por ello.
Después de todo resistiéndome a los dolores musculares, o empujándome a hacer mi practica como si no los tuviera, no me prueba nada a mi, ni a nadie.