Como personas maduras, somos totalmente responsables de todo lo que hacemos. Incluso somos nosotros mismos los que hemos elegido estar aquí en este momento y lugar, desarrollando y ejercitando nuestro propio juicio en todo lo que hacemos. Pero siempre ignoramos como comportarnos con la naturaleza y sus leyes. Y eso lo reflejamos por ejemplo cuando nos enfermamos. Este es un ejemplo perfecto de hábitos alimenticios desbalanceados, pensamientos rígidos o desenfocados, o actos y desenvolvimientos desorganizados o llevados a cabo de una forma extrema.
Cuando nos sentimos infelices, reflejamos nuestra propia falta de juicio o la percepción clara de una situación, y que también puede desarrollarse a partir de un estilo de vida que no esta en armonía con el medio ambiente. Pero solo cambiando nuestros pensamientos y conducta podemos modificar todas nuestras dificultades por una forma de vida mas sana, mejor y más feliz. Solamente nosotros somos responsables de este cambio, nadie más puede hacerlo en nuestro lugar. Podemos recibir consejos, orientación y apoyo de otras personas, siendo esto una decisión sabia, pero al final, nosotros mismos somos los únicos responsables de cambiar nuestras vidas, de aceptar la responsabilidad de guiar y ser los mentores de nuestro propio destino y fortuna.