El Zen es una de las escuelas de budismo más conocidas, y podría definirse como un método que intenta fortalecer la relación entre la mente y el cuerpo, y que su mayor objetivo es la autorrealización.
El objetivo de Zen es brindarle al hombre control sobre sí mismo, descubrir su bondad oculta, sacar a la luz todas las virtudes que habitan en el ser humano, y ponerlo en contacto con las fuerzas más intimas de su ser interior.
Todas las metas mencionadas anteriormente son perseguidas y obtenidas a través de Zazen, que nos invita a focalizar el espíritu hacia cierto objetivo, de la misma forma que cuando realizamos meditación.
Zazen es la expresión japonesa para «meditar sentado», según el Budismo Zen, como lo habría hecho Buda en el momento de su iluminación, tal como describen las estatuas de Buda meditativo.
- Siéntese en una posición cómoda.
- Cruce las piernas posición de Loto o medio Loto con las rodillas apoyándose en el suelo. También puede practicarse sentado de rodillas sobre los talones.
- Coloque la espalda derecha, desde la pelvis hasta la nuca.
- La pelvis esta ligeramente hacia adelante y las lumbares ligeramente arqueadas.
- Estire la nuca y lleve el mentón hacia adentro.
- Relaje los hombros y junte las manos en el regazo, en el mudra de la sabiduría: con los dedos de la mano juntos, una mano sobre otra, y con los pulgares tocándose las puntas. En las escuelas de Zen se pone la mano izquierda sobre la mano derecha.
- Enfoque la mirada a 45° hacia adelante, con los ojos semi-cerrados, pero con la vista relajada, sin enfocar en lo que tenga delante.
- Cierre la boca, juntando los dientes y con la lengua tocando suavemente el paladar detrás de los dientes.
- Comience a controlar los ritmos de la respiración, contando las inhalaciones y exhalaciones, con el objetivo de fomentar la concentración.
- Enfóquese en la respiración solo con los «ojos de la mente», hasta llegar al conocimiento de la respiración, que nos permite percibir claramente la relación mente y cuerpo.
El último propósito de la meditación no es seguir el ritmo de nuestra respiración con la mente en un estado de absoluta quietud.
Zazen, no es quietud, sino todo lo contrario. Implica la devoción de uno en controlar la mente con el propósito de utilizarla, con afán y energía, para llegar al objetivo más preciado, que es la transformación de la persona que está meditando en un nuevo Ser, con una mente desarrollada, y todas sus facultades creativas a su disposición.
Todo el mundo puede conseguir esta fórmula, pero el camino hacia la iluminación requiere de perseverancia.
Cuando nos sentimos inundados de felicidad sin saber por que, o cuando recordamos algún momento de felicidad que hayamos tenido, volviendo a sonreír, o hacemos de repente algo que no planeamos pero que nos inunda de dicha. Todos esos momentos podrían explicarse científicamente como que estamos liberando endorfina, una hormona que tiene relación directa con el sentimiento de felicidad y bienestar.
Durante esos momentos en los que somos esporádicamente mas felices que en otros, estamos recibiendo insinuaciones de nuestro estado mental más elevado; que nos está aguardando, y que nos envía señales fugaces de iluminación y que podemos también alcanzarla por medio de la meditación; y entonces la felicidad, la alegría, y el bienestar físico permanecerán en nosotros y serán como tesoros que nadie podrá quitarnos.