Un día mi alma simplemente se abrió,
y las cosas comenzaron a suceder.
Cosas que no podría explicar.
Es decir,
lloré y lloré como nunca antes,
lloré lagrimas de diez mil madres.
Ni siquiera pude sentir nada
porque llore hasta quedar exhausto.
Un día mi alma simplemente se abrió.
Sentí este orgullo.
De que estaba orgulloso,
solo Dios sabe !
Como el orgullo de diez mil padres
Disfrutando la gloria de sus hijos recién nacidos.
Estaba riendo de oreja a oreja!
Un día mi alma simplemente se abrió
I comencé a reír.
Y reí como si fuera para siempre.
Nada gracioso estaba pasando,
pero reí de todos modos
Reí la alegría de millones de niños jugando en el lodo.
Reí hasta sentir dolor en mis mejillas.
Dios, me sentí tan bien !
Un día mi alma simplemente se abrió
Hubieron revelaciones, desalientos, y resoluciones.
Sentimientos de duda y traición, venganza y perdón.
Memoria de cosas que había visto y hecho anteriormente.
De lugares en los que había estado, aunque sin saber cuando.
Habia vidas que había vivido,
gente que quise
batallas que luché,
victorias que gané,
y guerras que perdí
Un día mi alma simplemente despertó,
y hacia afuera vertí todas las cosas
que estuve escondiendo,
negando, y viviendo.
Esto había sucedido solo momentos antes.
Un día mi alma simplemente despertó.
I decidí,
que estaba bien y listo,
para rendir mi vida a Dios.
Entonces, con mi alma abierta,
me senté,
le escribí una nota,
y se lo deje saber.
De “Un día mi alma simplemente se abrió“ de Iyanla Vanzant