The Secrets Of Yoga.com
Mayo 2010
Konalani Sharanam
La palabra sánscrita «Sharanam» puede ser interpretada como «tomar refugio». Con el tiempo he aprendido que cada uno tiene un santuario o refugio donde puede encontrar paz, tomar unas cuantas respiraciones largas y profundas, y recargar las baterías, por decirlo así. Para algunos el santuario puede ser la cocina de su madre, para otros un buen libro, o un té con un buen amigo. Para mí, la sensación de refugio la siento muchísimo cuando estoy en el ashram de mi escuela de Yoga (Shambhava School of Yoga). Este invierno fui invitada a ofrecer mis servicios durante un cursillo para entrenar a profesores de Yoga en el ashram de Hawai. Sentí que esta era una oportunidad de crecer como profesora de Yoga, y también una ocasión para servir, y compartir con personas que disfrutan de lo mismo que yo. Esta experiencia de ofrecer seva (servicio sin ánimo de lucro personal) me ha permitido convertirme en un ser más centrado. No fue difícil dejar el nevado Boston, Massachussets, y viajar 6,000 millas hacia el oeste al precioso Ashram de Yoga Konalani. Cada vez que entro en el Ashram después de no haber estado por algún tiempo, puedo sentir la alegría creciendo en mi corazón, y una calida sonrisa en mi cara.
Recuerdo los sentimientos de cuando era más joven, aprendiendo a enseñar Yoga con un grupo de personas bonitas, y entusiastas. Llegando un poquito nerviosa, pero preparada para todo. Encontré una práctica espiritual, la cual no me había dado cuenta estaba buscando. Sentí que había llegado a casa, incluso sabiendo que todo era nuevo. Ahora, casi dos años más tarde, todavía sentía la sensación de “nuevo” en el ashram. Quizás signifique que siempre estoy en un lugar nuevo en mi vida, o que mi práctica se continúa moviendo a un nuevo nivel…quizás sea un poquito de las dos cosas. Trato de no enfocarme demasiado en lo que todo significa, y trabajo en absorber todo lo que puedo mientras estoy aquí. Cada vez que vengo aquí es diferente, y bonito en su propia forma. Encuentro entusiasmo en cosas diferentes, tengo experiencias espirituales más profundas, y entiendo un poquito más sobre la práctica.
Caminado cuesta abajo por el camino de piedra en la propiedad de Kona note diferentes tonos de colores en el cielo de la tarde, y el sonido del movimiento de las hojas del árbol Bodhi que se movían con la brisa mientras recitaba un mantra y abría mi corazón. El aire gentil se siente como la seda, suficientemente húmedo para que sepas que está ahí, y suficientemente cálido para ir con falda, y sandalias. Cuando semejante paz se presenta siempre me siento agradecida por Babaji Shambhavananda, mi profesor, por tener estos ashrams, para que pueda experimentar, y mostrarme esta forma de vida. Me siento más conectada con el resto del mundo y más segura dentro de mi misma también. Los azules, rosas, y morados que se reúnen por encima de mi cabeza me parecen formar parte de mi verdadera existencia. Me siento bendecida por la oportunidad de estar aquí, para servir, me siento parte de algo más grande que yo.
Me pregunto cuantas veces han pasado desapercibidos los atardeceres en Boston debido a la vida tan agitada que llevo.
Me siento bendecida de tener un lugar en el que pueda ir y mantener mi foco central del día en mi práctica espiritual. En casa enseño Yoga a diferentes horas todos los días, y mi horario es bastante irregular. Como muchos, lucho por encontrar una hora consistente para meditar, como también para mantener mi practica de asanas. El horario en el ashram de Babaji es siempre el mismo, y las comidas son a las 7 a.m., al mediodía, y a las 5 p.m. Un día típico empieza a las 5:30 a.m. con recitación de mantras, y meditación, que terminan justo a las 7 a.m. Después del desayuno hay Yoga al aire libre en una cubierta de madera de 8:30-10. Frecuentemente tomo, o enseño esta clase, a no ser que tenga algún proyecto especial en la cocina en el que esté trabajando. A las 10:30 a.m. los TTs, que es como llamamos cariñosamente a los estudiantes para maestros (Teacher’s Trainees), tienen clase de filosofía, y durante este tiempo yo preparo el almuerzo. Después del almuerzo hay clase y cursillo al aire libre sobre la cubierta de madera, y yo asisto al director del programa, Swami Devananda, guiando a los TTs con las posturas, ajustes, y consejos. La clase finaliza a las 4:15 p.m., y para las 4:30 p.m. todo el mundo tiene que estar cambiado, y en la habitación sagrada para la meditación. Después de nuestra cena de las 5 p.m., las últimas horas del día están a la libre disposición de uno.
Muchos de nosotros disfrutamos de estas horas para ver el atardecer, practicar el ukele, o los tambores djembe, ayudando en la cocina haciendo ghee, o algún postre sabroso, o creando secuencias de Yoga asignadas para las clases. Las áreas comunes cierran a las 9:30, y después los TTs se retiran a sus habitaciones, o tiendas de campaña situadas en las orquídeas del mango. Después de un largo día la mayoría de nosotros agradecemos ir a dormir pronto, y ansiamos la meditación del día siguiente en la mañana.
Cuando empecé a meditar en Konalani, sentía mucha bendición pura. Hay un lugar justo a la izquierda cuando sales de la habitación sagrada donde uno puede parar y admirar el Pacifico. Al principio cuando aprendí la práctica me pasaba cada mañana unos buenos cinco minutos, o más en ese lugar aguantando el rail, oscilando… absorbiendo la inmensidad del cielo pronto por la mañana, y los profundos colores azules del brillante océano. Algunas veces solía bromear diciendo que este era el punto donde podía parar, y procesar. Pero en este último viaje mis momentos en este lugar no tenían tanta bendición, y estaba mucho mas alerta.
Me sentía más atraída a ayudar en la cocina en esos momentos, y después del desayuno. Un empujón firme me llevaba derecha hacia una meditación en movimiento, ayudando a hacer café Kona, cortar papaya, o cantar bendiciones antes de que la campana sonara. Las comidas se hacían sobre un lanai cubierto que mira al océano, y muchas veces veíamos ballenas saltar mientras comíamos. Hay algo especial acerca del ashram, y de trabajar tan duro en la concentración mientras meditas, como también en el constante trabajo físico, y el Yoga, y siempre me encuentro con MUCHO HAMBRE. Es algo que realmente no puedo explicar; debido a mi rutina regular siempre estoy muy activa, y solamente hago dos comidas al día, y como algunos snack. En mis viajes al ashram frecuentemente escucho a los que se están haciendo el cursillo para profesorado “Pensaba que iba a PERDER peso en este cursillo de Yoga”. Todos nos damos cuenta de esto, y aun así volvemos para repetir una segunda, y a veces hasta una tercera vez. Las comidas del ashram están diseñadas para nutrir el cuerpo físico, y el cuerpo sutil (tu energía espiritual, o sistema de chacras), y se dice que la comida está llena de Shakti, o energía divina.
No hay experiencia parecida a cocinar con un grupo de yogis. A un nivel básico, la comida es vegetariana, y deliciosamente saludable, colorida, y generosa. A un nivel mas espiritual, el chef está poniendo cuidado en la preparación, mientras revuelve la sopa cultivando amor en el corazón, o cantando un mantra mientras corta los vegetales, o lava los platos. Una vez me dijeron que el mantra “Om aim hrim klim chamundaye viche” vuelve la comida en néctar. Estas pequeñas costumbres convierten el cocinar en una práctica espiritual, preparando la comida con amor y devoción, con la intención de no solamente alimentar, y gustar a los que se la coman, pero también en traer paz, y energía positiva a la mesa por el resto del día. He tenido experiencias poderosas de sentir la absoluta presencia en esos momentos mientras trabajaba en la cocina.
Muchos días no llegaba a tiempo para el almuerzo, o era incapaz de hacer que la comida luciera, y sabría como yo había imaginado. Parte de mi trabajo era dejar ir estas ataduras, y hacer que mi ofrenda venga desde el amor, y la totalidad, en vez de la preocupación, y la incertidumbre. Una de las cosas que me gusta más del ashram es la cantidad de trabajo meditativo que es posible cuando uno NO está sentado en la habitación sagrada meditando….cuanta concentración, presencia, y conciencia se pone en cada esfuerzo, y acción. Mientras estaba allí tuve fuertes experiencias.
A veces mientras practicaba con mis ojos abiertos podía ver las diferentes capas de luz en el aire, todo se ablandaba alrededor mío, y solamente sentía paz, y la fluidez de mi respiración. Siento que es difícil poner en palabras lo que experimente. Algunas de las cosas más fascinantes pasaron fuera del cojín de meditar. Una vez mientras ajustaba a los estudiantes tumbados en savasana sentí como el espacio entre mis cejas se abría, y la calidez me inundaba, como si un millón de rayos de sol estarían saliendo fuera de ese punto. Fue totalmente espontáneo, e inexplicable, pero tuve que sentarme en el suelo después. Inclusive yo soy el tipo de persona que encuentra estas experiencias difíciles de creer, pero este fue uno de los sentimientos más tangibles que experimente. También hubo momentos dolorosos, donde dude de mi misma, mis ideas, y mis ideales. Pero a través de cada experiencia encontré la capacidad de dejar esos sentimientos irse, una resolución silenciosa, y la aceptación. Y en cada uno de esos momentos, la oportunidad de crecer. Ahora que estoy otra vez en Boston viviendo la vida de lo que mi profesor llama “yogi-urbano” echo de menos esos momentos antes del amanecer, y la satisfacción de preparara una comida para 13 en una hora y media. Pero hay muchas cosas de mi experiencia que puedo llevar a la práctica en el mundo en el que vivo. Durante los momentos donde las responsabilidades del trabajo me estresan, me esfuerzo en recordar la paz y la belleza que solamente están a la distancia de una respiración. Esta es la lección más valiosa que he aprendido, y continua trayéndome seguridad y calma incluso cuando enfrento los obstáculos más grandes. Y cada tarde, trato de sonreír y sentir la paz, y la calidez mientras el sol se pone en la fría Nueva Inglaterra.
Escrito por Omshanti
- Febrero 2007- Sexualidad Y Espiritualidad
- Marzo 2007- Desintoxica tu cuerpo
- Abril 2007 – Vibraciones y mantras
- Mayo 2007 – Ejercicios de Yoga para perder peso, limpiezas & recetas
- Junio 2007 – Sadhana, Aradhana, Prabhupati & Sorprendientes Yogis & Fabulosos cursillos de Yoga
- Julio 2007 – Seres espirituales teniendo una experiencia humana
- Agosto 2007 – Felicidad
- Setiembre 2007 – La Mente
- Octubre 2007 – Un dia en «MINDFULNESS»
- Noviembre 2007 – Siempre Quiero Mas
- Enero 2008 – Noticias Emocionantes
- Marzo 2008 – Unidad
- Agosto 2008 – Verano
- Setiembre 2008 – Otoño
- Diciembre 2008 – Invierno
- Febrero 2009 – Dia de San Valentín
- Marzo 2009 – Primavera
- Abril 2009 – Revista
- Mayo 2009 – Técnicas de Relajación
- Junio 2009 – Aprenda a Meditar
- Julio 2009 – Inspiración
- Setiembre 2009 – Yoga para Hombres
- Octubre 2009 – Chacras
- Diciembre 2009 – La Luz Interna
- Enero 2010 – Viviendo Una Vida Vacía
- Febrero 2010 – Nuestra Esencia
- Mayo 2010 – Konalani Sharanam
- Noviembre 2010 – La iluminación de Osho por Osho
- Diciembre 2012 – El Cambio
- Febrero 2013 – SEXO TANTRICO